sábado, 6 de octubre de 2012

Los procesos de industrialización y urbanización en la España de la Restauración"



Los procesos de urbanización e industrialización en la España de la restauración:
Antecedentes:
El modelo de la Revolución industrial, con sus profundas transformaciones económicas y sociales, por diversas razones no arraigó en España.
La desamortización de la tierra no supuso la creación de una agricultura moderna (los nuevos propietarios agrarios no realizaron las inversiones de capital y las transformaciones técnicas necesarias). Tampoco se creo un campesinado propietario de una extensión de tierra suficiente. España, durante el siglo XIX, siguió siendo un país predominantemente agrario en el que predominaron los jornaleros sin tierra y los arrendatarios pobres.
En la industria tampoco la modernización alcanzó resultados relevantes. La industria catalana vivió siempre atenazada por los problemas de un mercado exiguo y de poca capacidad adquisitiva.
La creación de la siderometalurgia vasca (década de los ochenta del siglo XIX) tampoco se consolidó hasta el siglo XX.

Principales causas del retraso económico:
*.- Las condiciones geográficas de la Península dificultaron las comunicaciones interiores y la formación de un mercado nacional articulado.
*.- La escasez de materias primas y de fuentes de energía y su dispersión geográfica hicieron costosa la producción industrial (importación de hierro y minas de carbón pobre y de extracción costosa).
*.- No coincidencia geográfica entre yacimientos minerales, fuentes de energía y puertos marítimos (situación menos grave en Asturias y País Vasco).
*.- Falta de mano de obra industrial por el lento crecimiento demográfico.
*.- Carencia de excedentes agrícolas y falta de un mercado interior capaz de absorber la producción industrial.
*.- Crecimiento desigual de la población según zonas, el excedente de población de finales de siglo se orientó hacia la emigración exterior y no hacia las ciudades.
*.- La pérdida de las colonias americanas significó la pérdida de mercados y de materias primas (el proceso de industrialización europeo coincidió con la formación de los imperios coloniales).
*.- La ausencia de capitales y de una mentalidad inversora no posibilitó la innovación en las técnicas productivas de la industria española.
El capital obtenido por los beneficios agrícolas, en vez de ser invertido en el desarrollo de la industria, se orientó hacia la compra de la deuda pública y de tierras desamortizadas.
El continuo endeudamiento de la Hacienda pública, con su permanente emisión de Títulos de Deuda con intereses cada vez más altos, acaparó para el Estado los pocos capitales existentes e impidió que fueran invertidos de manera productiva.
La burguesía española fue fundamentalmente rentista y terrateniente y orientó sus capitales hacia procesos especulativos. Solo en el Norte y en Cataluña hubo un sector de la burguesía que, con una visión emprendedora, orientó sus capitales a la producción textil y siderúrgica.
Como consecuencia la industria española tuvo una dependencia de los capitales extranjeros, éstos repatriaron sus beneficios (evitando la reinversión y la acumulación de capitales en España).
*.- La política proteccionista del Estado favoreció los intereses agrarios e impidió un desarrollo competitivo de la industria, potenció el inmovilismo y no se incentivaron los necesarios cambios tecnológicos.
La economía española osciló entre dos políticas económicas difícilmente conciliables (proteccionismo y librecambismo)
*.- Un pequeño núcleo de burguesía industrial periférica, la catalana principalmente, aspiró a crear una industria moderna sin disponer ni de una industria metalúrgica básica, ni de unos medios de financiación importantes, ni de un mercado suficiente. Para su expansión, necesitaba de una política económica rígidamente proteccionista.
*.- La oligarquía terrateniente, predominante en Castilla y en Andalucía, beneficiaria de la desarmotización, pretendió que España fuera una gran productora de cereales que abasteciera al mercado europeo y defendió una política librecambista.

Período 1874-1914
Fueron años de relativa prosperidad económica.
*.- Por la estabilidad política que ofrecía garantías a los inversores y facilitaba una recuperación de los sectores más afectados por el clima de agitación política y social del Sexenio.
*.- Las políticas de librecambio, impuestas en Europa,  permitieron un crecimiento sostenido de la industria en el Norte y en Cataluña.
*.- Un cierto equilibrio fiscal y presupuestario facilitó que parte de las inversiones se canalizaran hacia la industria y la banca.
Hacia final de siglo se produjo en España una profunda crisis agraria (por la llegada de la filoxera y de los productos agrícolas extraeuropeos más baratos).
La oligarquía agraria y la burguesía industrial coincidieron en el  proteccionismo. Ambos grupos establecieron un acuerdo para ocupar en exclusiva lo que quedaba del mercado colonial (especialmente Cuba) y del mercado interior español.
La implantación de aranceles proteccionistas permitió:
*.- La formación de un sector bancario bastante importante en manos de financieros españoles.
*.- Crecimiento de le industria siderometalúrgica.
*.- Creación de les primeras plantas de producción de energía eléctrica.
No evitaron:
*.- El lento crecimiento de la población debido a las altas tasas de mortalidad y la emigración.
*.- Una población activa predominantemente agraria.
*.- Una estructura industrial «arcaica» en le que el valor de la producción neta textil era seis veces superior a la de la siderometalúrgica. (En los países más industrializados de la época el valor de le producción siderúrgica superaba al de la textil.)
Al terminar el siglo los principales problemas del sistema económico español:
*.- Agricultura atrasada y dominante.
*.- Mercado interior con escasa capacidad de compra.
*.- Mecanismos de competencia arcaicos.
*.- Inversiones que buscaban el beneficio a corto plazo y, salvo en el País Vasco, ajenas al equipamiento industrial.
*.- Carencia de mercados exteriores exclusivos que impedía una expansión sostenida al margen de la competencia continental.
La evolución de la economía española entre, 1800 y 1914, resultó ser la propia de una revolución industrial tardía, incompleta y fracasada, a pesar de haber iniciado tempranamente su proceso de industrialización.

La industria durante la Restauración:
Fue la época de asentamiento del capitalismo industrial español. La siderurgia y la minería experimentaron una importante expansión, debida tanto a las inversiones extranjeras como a la acción de los inversores nacionales.
El crecimiento fue especialmente importante en el País Vasco, donde surgieron los grandes grupos siderúrgicos ligados a la banca vizcaína.
En Asturias y Santander se desarrolló una industria relacionada con las minas de hierro y carbón, Los altos hornos se alimentaron principalmente de la hulla inglesa, de mejor calidad y mucho más barata a pesar incluso del sobreprecio de los fletes.
También creció la industria catalana: a la industria algodonera, que aprovechó la bonanza para modernizarse, se sumaron entonces otros sectores como el lanar o el papelero.
Otro aspecto importante fue la duplicación del tendido ferroviario y el aumento espectacular del número de viajeros y del volumen de mercancías transportadas.
También mejoró la red de carreteras, se extendió el servicio de correos, se difundió el telégrafo y la energía eléctrica comenzó su difusión (en 1882 ya había iluminación de este tipo en Barcelona y en Madrid)  

*.- España a comienzos del siglo XX seguía siendo un país eminentemente agrícola (el 70% de las familias españolas vivían del sector primario).
*.- La tierra además estaba mal repartida (el 94% de los propietarios poseían sólo el 46% de la tierra), casi la mitad del territorio agrícola español tenía fincas de extensión no rentable y sólo un 25% más lo representaba el mesofundio (el resto latifundios con fincas de más de 250 hectáreas).

Síntesis:
*.- Fuerte déficit de su balanza comercial.
*.- Incremento demográfico y aceleración del proceso de concentración de la población en las ciudades.
*.- Relativo crecimiento económico acentuado por una favorable coyuntura internacional.
*.- Mejora de los transportes por el considerable incremento del tendido ferroviario y la construcción de nuevas carreteras.
*.- Concentración de la industria en determinadas  zonas (metalúrgicas en la fachada cantábrica y textiles en Cataluña).
*.- La minería, hasta ahora basada en la extracción artesanal, pasó a ser una gran industria impulsada por la masiva llegada de capitales extranjeros.
*.- Relativa consolidación de la burguesía en una incipiente economía capitalista.
*.- Dependencia económica, técnica y financiera del exterior.
*.- Inexistencia de un amplio mercado de consumo que dificultó el desarrollo industrial.
*.- Estancamiento y marginación rural; empobrecimiento progresivo del proletariado del campo.
*.- Polémica proteccionismo/liberalismo económico (textiles catalanes, metalúrgicos vascos y grandes cerealistas castellanos opuestos a las medidas librecambistas). Triunfo del proteccionismo ante las concesiones realizadas a unas industrias no competitivas por su bajo nivel técnico y el escaso poder adquisitivo de la población.

ASPECTOS DEMOGRAFICOS

La población española creció de forma importante en el siglo XIX.
Durante el último cuarto del siglo XIX la población española creció despacio (16,6 millones de habitantes en el censo de 1877 y  18,6 en 1900).
El crecimiento (debido en parte al comienzo del desarrollo económico y desde 1840 al fin de la guerra carlista) no sirvió para impulsar una revolución industrial. La tasa de crecimiento española era en 1860 un 6‰ más baja que la media europea, las características de la población española eran más propias del ciclo antiguo que de la etapa demográfica moderna.
El principal lastre demográfico español era la alta mortalidad, cuyo descenso debía constituir el primer paso para una revolución demográfica. La mortalidad española, pese a haber descendido, era aún muy elevada a mediados del siglo: un 27%.
En el último tercio del siglo hubo un aumento considerable de los movimientos migratorios:
*.- La migración interior hacia las ciudades motivado por las expectativas de empleo que generaba el crecimiento industrial y de los servicios.
Las grandes ciudades del Norte y levante como Barcelona, Bilbao o Valencia, y también Madrid, crecieron aceleradamente en el último cuarto de siglo.
El crecimiento urbano trajo consigo problemas graves (falta de viviendas y el hacinamiento en suburbios sin infraestructuras ni servicios).
Las ciudades  polarizaron poco a poco la vida social, aunque España siguió siendo un país agrario, la vida urbana influyó cada vez más en la mentalidad colectiva y fue concentrando el interés nacional.
*.- La emigración exterior (Africa del Norte e Iberoamérica, sobre todo Argentina).Varios cientos de miles los emigrantes, casi todos ellos jornaleros afectados por la crisis agrícola de fin de siglo, buscaron en el exterior el empleo continuado que no podían lograr en España.
Los sucesivos gobiernos asistieron a ese proceso migratorio sin intentar detenerlo, conscientes de la incapacidad del país para dar trabajo y alimento a sus excedentes de población.

Evolución de la población de las principales ciudades españolas (1857-1900)
Ciudad
1857
1900
aumento
Madrid
281.170
539.853
192,10
Barcelona
178.625
533.000
298,39
Valencia
106.435
213.550
200,63
Sevilla
122.139
148.315
121,43
Málaga
92.611
130.109
140,48
Murcia
26.888
111.539
414,82
Zaragoza
59.978
99.118
165,25
Bilbao
17.649
83.306
472,01
Palma de Mallorca
42.900
63.937
149,03
Alicante
20.342
50.142
246,49
Oviedo
14.156
48.103
339,80
Las Palmas de Gran Canaria
14.308
44.517
311,13
La Coruña
27.354
43.971
160,74
León
9.963
15.580
156,37
                                                                     (Población 1857, índice 100)

Datos complementarios:
*.- En el País Vasco surgió una poderosa banca ligada a la industria del hierro, que canalizó inversiones hacia el equipamiento industrial.
*.- La repatriación de capitales procedentes de Cuba ayudó al desarrollo.
En el periodo 1883-84 se desencadenó una pequeña recesión causada por la sobreproducción y por una crisis bursátil. A partir de 1890 la situación económica cambió: al librecambismo dominante en los años 80 sucedió, en todo el mundo, el proteccionismo (contexto internacional de nacionalismo, colonialismo e imperialismo).
En los años 80 varios grupos presionaron al Gobierno para que adoptara medidas proteccionistas: los cerealistas castellanos a través de La liga Agraria, los industriales textiles catalanes asociados en el Fomento Nacional del Trabajo, los siderúrgicos vascos e incluso los propietarios de las minas de carbón asturianas.
El gobierno español reaccionó a finales de 1890 con una subida de los aranceles agrarios y, en diciembre de 1891, aprobó una ley arancelaria que incluyó una larga lista de productos agrícolas e industriales.
Francia, país que acaparaba la parte fundamental de nuestro comercio exterior, respondió adoptando medidas proteccionistas frente a los productos españoles.
El resultado fue el mantenimiento de los precios y, en el caso de los cereales, un aumento espectacular, que volvió a producir el hambre entre los jornaleros y las clases populares.
Además, la nueva tarifa, junto a la entrada en España de la plaga de la filoxera en 1892, arruinó la producción de vinos, que en la década anterior había constituido un tercio de las exportaciones.

El sector financiero padeció la misma debilidad que el resto de la economía española.
Causas de su retraso respecto al europeo:
*.- La permanente inestabilidad política, que hacía muy difícil el asentamiento del crédito.
*.- España tardó mucho tiempo, hasta 1856, en generalizar el sistema de sociedades anónimas, lo que retrajo a los inversores que arriesgaban no sólo su capital en las empresas sino también su patrimonio particular.
*.- El país se hallaba sumido en un caos monetario.
*.- La deuda pública actuó atrayendo los capitales por sus elevados intereses, incluso los de los pocos bancos que funcionaban.

Sector terciario.
Las principales y más rentables empresas del sector servicios estaban en manos extranjeras, algunos ejemplos significativos:
*.- Las compañías eléctricas preferentemente en manos alemanas.
*.- Los teléfonos de Madrid dependían de una sociedad francesa.
*.- El suministro de aguas a la ciudad de Barcelona en manos de una sociedad francesa.
*.- Los transportes urbanos de Barcelona a cargo de empresas belgas.
*.- La electricidad de Barcelona distribuida por una compañía canadiense.
*.- Los servicios ferroviarios en torno a Sevilla en manos francesas, su abastecimiento de aguas a cargo de una compañía inglesa y sus tranvías en manos de capital alemán
Algunas referencias cronológicas significativas:
*.- El primer teléfono que funcionó en España en 1877.
*.-En 1881 se inauguró la luz eléctrica en Madrid llegando a finales de siglo a las principales ciudades.
*.- Se duplicaron a finales de siglo los 6.200 kilómetros de línea férrea existentes en 1875, los 15.000 kilómetros de carreteras del Estado en 1870 pasaron a ser 35.000 en 1900.

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