sábado, 12 de enero de 2013

El proceso de Transición hasta la legalización de del Partido Comunista de España"

Franco murió a las 4.20 de la madrugada del 20 de noviembre de 1975 y es enterrado en el Valle de los Caídos.

Juan Carlos I es su sucesor como el mismo Franco había decidido el 22 de julio de 1969, con base en la Ley de Sucesión de 1947 ("la Jefatura del Estado corresponde al Caudillo de España y de la Cruzada, Generalísimo de los Ejércitos, don Francisco Franco Bahamonde" (art. 2) y que a él le estaba reservado el derecho de designar al sucesor.

A la muerte de Franco, Juan Carlos de Borbón es coronado Rey de España.
Su discurso de coronación es esperanzador para quienes piden un sistema democrático.

La coronación se lleva a cabo el 22 de noviembre en las Cortes, con asistencia de Jefes de Estado y de Gobierno que se han negado a asistir al entierro del General.
Juan Carlos I en su Discurso de investidura señala que  "Hoy comienza una nueva etapa de la historia de España...”

Confirma a Carlos Arias Navarro (que ya lo era con Franco) como Presidente del Gobierno (siguiendo los consejos de la familia Franco, de los consejeros del Reino y del Cardenal Tarancón) y con la ayuda de Arias Navarro consigue que su antiguo preceptor, Torcuato Fernández Miranda, sea nombrado Presidente de las Cortes y del Consejo del Reino.
Fernández Miranda era un catedrático de Derecho Político hábil e inteligente, tímido y brillante, pero antipático y distante, odiado por los franquistas, que ocupó interinamente la Presidencia del Gobierno tras la muerte del almirante Carrero Blanco, y que tiene estudiada la forma en que se puede producir la reforma del Régimen.

Adolfo Suárez acepta la oferta de Juan Carlos I para presidir un nuevo Gobierno, con el objetivo de reformar el sistema.

Suárez había sido Ministro del Gobierno de Arias Navarro.
Adolfo Suárez, una tarde del 3 de julio de 1976 recibió una llamada telefónica del Rey que le pregunta: "Adolfo, ¿qué haces? ¿Quieres venir a tomar café?", él acepta, con serenidad viste un traje azul oscuro y conduce su Seat 127 hasta la Zarzuela.
El Rey le dice:
—Adolfo, te quiero pedir un favor. Acepta la Presidencia del Gobierno—.
—Ya era hora— contesta Suárez.
"Ya era hora" porque hacía meses que corrían voces sobre Suárez presidente y porque Arias era un cadáver político desde hacía mucho tiempo.

El primer Gobierno Suárez juró su cargo ante el Rey el lunes 5 de julio de 1976.
No fue bien recibido por nadie, ni por el búnker ni por la oposición democrática, ni por los "reformistas"…  viéndose obligado a nombrar ministros de segunda fila.

En septiembre, el nuevo Gobierno se anuncio la Ley de Reforma política que debía concluirse  con "...las primeras elecciones a Cortes para constituir un Congreso de 350 diputados y elegir 207 senadores".

Éste Proyecto de Ley debía ser aprobado por los dos tercios de las mismas Cortes  de Franco  y refrendado por los españoles en Referéndum Nacional.
El 18 de noviembre de 1976, más de los dos tercios necesarios de las Cortes franquistas votan a favor del proyecto de Ley de Reforma Política.
El 15 de diciembre de 1976 se celebró el Referéndum: el 94% de los votantes aprobaban la Ley de Reforma Política que suponía convocar las primeras Elecciones libres desde febrero de 1936.
Sin embargo no era un plebiscito democrático ya que la oposición todavía no estaba legalizada y el llamamiento a la abstención de las fuerzas de la oposición, no legales pero toleradas.
"No es, sin duda, un referéndum democrático, puesto que no existen las libertades propias de la democracia; pero es un referéndum para establecer la democracia y las libertades que le son propias" (Herrero de Miñon)
Pero la pregunta era algo así como "¿Quieren ustedes la libertad o no?", sin consultarle a nadie de qué forma se va a dar esa libertad y dando a entender que el proceso va a consistir en renovar las leyes del franquismo.
La abstención alcanzó el 23% del censo electoral, pero los que se abstienen rezan porque gane el sí, porque ¿y si hubiese ganado el no? ¿Se hubiese ido todo el proceso al traste? Mejor no pensarlo.

Los seis meses que transcurrieron entre el 15 de diciembre de 1976 hasta el 15 de junio de 1977 en que se realizaron dichas elecciones, fueron los más difíciles de la transición política
Mediante las elecciones se debía constituir un Congreso y un Senado que integrarían unas Cortes Constituyentes, todo en un ambiente de incertidumbre y conflicto (conflictividad laboral y social, terrorismo, legalización de los partidos, nacionalismos… en un contexto de crisis económica).

La legalización de todos los partidos políticos supuso las elecciones a Cortes de junio de 1977 un episodio del todo democrático.

Santiago Carrillo, secretario general del PCE, regresó del exilio en febrero de 1976 (de forma clandestina, a pesar de estar escondido, mantiene contactos con las demás fuerzas democráticas y se deja ver siempre más por las calles de Madrid, con el fin de forzar un reconocimiento del PCE, cuando todavía ninguna fuerza democrática ha sido legalizada).
La policía lo detuvo y lo tiene recluido durante una semana en los últimos días de diciembre de 1976.
 El 24 de enero de 1977 se produjo la Matanza de Atocha en la que resultaron asesinados  siete abogados laboralistas del PCE por la extrema derecha.

La respuesta de masas al asesinato de los abogados comunistas es impresionante por la demostración de fuerza y serenidad.
 ETA y GRAPO, el MPAIAC (Movimiento para la Autonomía e Independencia del Archipiélago Canario) y la extrema derecha fueron factores de inestabilidad,.
Los nacionalistas vascos negaron designar el término terrorismo para designar a ETA (a pesar de que ésta mató a 26 personas en 1975, 21 en 1976 y 28 en 1977,  85 en 1978, 118 en 1979 y 124 en 1980).
 El  GRAPO, un grupo maoísta, lleva a cabo dos secuestros en diciembre de 1976 que acaban con la liberación de los rehenes por parte de la policía en febrero de 1977.
En febrero de 1977 se eliminan los requisitos más restrictivos para la legalización de los partidos: todos menos el PCE consiguen la legalidad.

En ese mismo mes Suárez se reúne secretamente con Carrillo y charlan durante seis horas.
Según Carrillo, en su encuentro con Suárez, nadie le puso condiciones a nadie sobre nada:  ni Suárez le pide que los comunistas rebajen el tono de sus reivindicaciones ni Carrillo pretendió que el Monarca saliera corriendo del país para instaurar una República de la que él será Presidente.
Cuenta Carrillo que Suárez le pidió que los comunistas se presentaran a las elecciones como independientes para poder evitar la legalización del PCE. Que él se negó esto y a suspender en España la Conferencia Eurocomunista, a celebrar en Madrid y con la asistencia de los partidos comunistas de Italia y Francia con sus respectivos Secretarios Generales. da y en vías de olvido.

El 9 de abril de 1977, el Sábado Santo Rojo, el Gobierno materializó la desaparición del Movimiento Nacional, legalizó el Partido Comunista de España y, dos días después, y al PSUC (Partit Socialista Unificat de Catalunya).

Fraga juzgó lo sucedido de "verdadero golpe de Estado", pero la población está de acuerdo en un 45% y en contra en un 17%.

En los mítines del PCE deja de ondear la bandera republicana y Carrillo dice: "Los que silban no saben que no hay color morado que valga una nueva guerra civil entre los españoles". La reivindicación republicana no volverá a la boca de un dirigente del PCE hasta bien entrada la etapa Anguita.

El 17 de marzo Suárez promulgó el Decreto de Amnistía para los presos políticos.
El 28 de abril se legalizaron los sindicatos.
El 13 de Mayo regresó desde Rusia, Dolores Ibarruri, la Pasionaria, presidenta del PCE.

La dimisión de Torcuato Fernández Miranda, fiel consejero del Rey, de las Presidencias de las Cortes y del Consejo del Reino y la abdicación de don Juan de Borbón a favor de su hijo Juan Carlos son dos episodios emblemáticos que precedieron a las elecciones de 1977.


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