domingo, 10 de marzo de 2013

General Primo de Rivera


El empresariado catalán, acosado por el terrorismo anarquista estuvo detrás del pronunciamiento militar de Primo de Rivera del 13 de septiembre de 1923.
También los políticos de la Restauración habían agotado todas sus posibilidades de Gobierno, dando lugar a un proceso acelerado de descomposición nacional.
Eran muchos los que reclamaban una “mano fuerte” que enderezase el rumbo del país.
El pronunciamiento de Miguel Primo de Rivera, a pesar de su ilegalidad, fue recibido como mal menor por muchos españoles.
Primo de Rivera, después del Golpe Militar, prohibió los partidos políticos pero su enemigo fue siempre el anarquismo (el mismo enemigo de la burguesía catalana) al que persiguió con dureza y sin darle respiro.
La UGT, sindicato socialista, sin embargo gozó de mucha tolerancia. Largo Caballero fue nombrado Consejero de Estado por el Dictador, y los gremios socialistas recibieron cuantiosas ayudas oficiales.

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