miércoles, 9 de diciembre de 2015

¿Grandes y pequeños?


Las propuestas programáticas son numerosas, pero por el camino se han ido quedando también frases célebres y conceptos con los que el partido se dio a conocer
IVÁN GIL. 07.12.2015 – 05:00 H.
La moderación programática, o el programa “para gobernar”, como contradice el líder de Podemos, Pablo Iglesias, cada vez que se le insinúa este viraje, ha ido acompañada también de un cambio discursivo.
El propio candidato de Podemos reconoce que en el escaso año y medio que ha pasado desde las elecciones europeas su formación ha experimentado una notable evolución.
Según resume el candidato, la formación ha pasado "de ser la expresión de la indignación a convertirse en alternativa de Gobierno".
Un salto cualitativo que podría definirse como una evolución del rupturismo hacia el reformismo.
Los cambios en las propuestas son varios, pero por el camino se han ido quedando también frases célebres y conceptos con los que el partido se dio a conocer en sus orígenes.

“El cielo se toma por asalto
La proclama más famosa de Pablo Iglesias que cargó de intencionalidad su discurso durante la asamblea constituyente del partido en Vistalegre.
Una afirmación que parafraseaba unas palabras empleadas por Karl Marx en una carta dirigida a su amigo el doctor Ludwig Kugelmann para describir el fracasado intento revolucionario de la Comuna de París en 1871. Sobre esta afirmación corrieron ríos de tinta e inmediatamente definió a la formación.
Esta frase apenas volvió a ser utilizada por el líder de Podemos, hasta que el pasado 19 de noviembre volvió sobre ella cual revisionismo histórico, en un desayuno informativo organizado por el Foro Nueva Economía en el hotel Ritz.
En plena precampaña, Iglesias dijo que el cielo se tomaba por asalto pero llamando antes al timbre.
La estupefacción fue tal que el presentador lo despidió con un simbólico: “Bienvenido a la normalidad”.
La revisión de esta frase concuerda con el nuevo discurso del partido, menos rupturista y más reformista, defendiendo un cambio que apela a los consensos.
Por si quedase algún tipo de duda, en el prólogo de su último libro, 'Una nueva Transición' (Akal), presentado el pasado martes, el propio autor añade esta frase: "Vamos a seguir asaltando el cielo, sí, pero llamando al timbre".

"Luchamos contra la casta"
El maximalista término de la 'casta' es otro de los que llegaron a convertirse en sinónimo de Podemos en sus orígenes y que ahora ha desaparecido completamente del vocabulario de los dirigentes del partido.
La palabra casta era la que representaba con mayor precisión esa expresión de la indignación inicial a la que recientemente se refería Iglesias, pero que ahora ha dejado paso a la construcción de la “alternativa de gobierno”.
Es decir, a zambullirse en la complicada discusión sobre cifras económicas y modelos de gober-nabilidad.
La lucha, reduccionista, del pueblo contra la casta se transformó en una lucha por construir alternativas reales de gobierno.

"Romper los candados del régimen del 78"
El nuevo Podemos, el Podemos de 2015 que aspira a gobernar, ha evolucionado para pasar de reclamar la apertura de un proceso constituyente, que "rompiese los candados del régimen del 78", a concretar esa indignación iniciática en cinco garantías constitucionales. A la sazón, la reforma de cinco artículos constitucionales y la derogación de uno, el 135. Reformas sobre las que, insiste ahora Pablo Iglesias, existe un "consenso mayoritario". Es precisamente en esos "consensos" donde Podemos quiere moverse, por lo que una enmienda a la totalidad de la Carta Magna ha dejado de ser el objetivo del partido.

Auditoría e impago de la deuda ilegítima
La auditoría de la deuda, que en estos momentos roza el 100% del PIB, fue una de las propuestas que más horas de debate televisivo y páginas de periódico llenaron. En consonancia con las organizaciones de la sociedad civil que habían trabajado en esta cuestión, Podemos se comprometió en las elecciones europeas a llevar a cabo una “auditoría ciudadana de la deuda pública y privada". El objetivo era delimitar qué partes de la deuda podían considerarse ilegítimas y, basándose en ello: “Tomar medidas contra los responsables y declarar su impago”. De esta auditoría, Podemos ha pasado ahora a la reestructuración a secas.

“Syriza, Podemos: venceremos”
"A algunos no les gusta, pero somos amigos y compañeros luchando por una Europa democrática. Syriza-Podemos: venceremos". Esta fue la arenga con que Pablo Iglesias terminó su mitin en el cierre de campaña de Syriza en la plaza Sintagma. Eran los tiempos en que Podemos quería mirarse en el espejo de la formación de Alexis Tsipras. Unos días después, en la marcha del cambio del 31 de enero, que abarrotó la Puerta del Sol y sus calles aledañas, Pablo Iglesias saludó el cambio en Grecia capitaneado por Alexis Tsipras, con el que mantiene una relación muy cercana, y defendió como logros sus primeras medidas de gobierno. Un hermanamiento que con el tiempo se ha acabado por tapar para evitar asociar un Gobierno de Podemos a la intensificación de la crisis griega tras el tercer rescate. En las últimas elecciones griegas, los líderes de Podemos no fueron a hacer campaña.

"La sonrisa va a cambiar de bando".
La clásica proclama del 15-M “el miedo está cambiando de bando” fue dulcificada por Podemos dándole un tono más positivo y menos combativo: la sonrisa va a cambiar de bando. Con todo, es otra de las frases que han sido despejadas de los discursos de Pablo Iglesias. Las razones son las mismas que las de 'casta', pues conlleva una fuerte polarización y confrontación que la formación prefiere evitar para llegar a todas las capas de la sociedad

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