viernes, 22 de abril de 2016

REPARTO DE MINISTERIOS ENTRE SÁNCHEZ E IGLESIAS

REPARTO DE MINISTERIOS ENTRE SÁNCHEZ E IGLESIAS
10/02/2016@13:08:36 GMT+1
Luis María ANSON
Aunque no se pueda descartar una sorpresa final tras el encuentro del viernes entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, la suerte parece echada. La decisión del PNV de apoyar el Frente Popular naciente despeja la situación. El PSOE y los dos partidos comunistas -Izquierda Unida y Podemos- se alzarán con un Gobierno de extrema izquierda, con el respaldo del Partido Nacionalista Vasco y la abstención de ERC. Todavía quedan algunos flecos por solucionar. Pedro Sánchez ha aceptado que Pablo Iglesias se convierta en vicepresidente del Gobierno pero negocia los ministerios a los que aspira el podemita. Ese tira y afloja se resolverá con concesiones por ambas partes. Pero se resolverá. A Sánchez le espera la retirada en el salón de su casa si no consigue instalarse en el palacio de la Moncloa. Ha hecho ya muchas concesiones y hará más, las que sean necesarias para garantizarse la investidura.
Mariano Rajoy realizará un último esfuerzo. En su entorno siguen creyendo que ganará la partida, al menos forzando nuevas elecciones. Pero tal vez se trata solo de voluntarismo político. Sánchez está seguro de sacar adelante lo que él llama el Frente Progresista y que no es otra cosa que el Frente Popular en su versión más clásica: la alianza de socia-listas y comunistas. El PSOE, durante largos años moderado y europeísta en su papel de socialdemócrata, virará a babor y se instalará en la extrema izquierda. Se comprende la alarma de Felipe González y otros dirigentes históricos que temen, no sin razón, que su partido centenario sea fagocitado por la voracidad podemita.
Luis María ANSON de la Real Academia Esp    


SÁNCHEZ: RIDÍCULO ELEVADO AL CUBO
18/03/2016@12:06:19 GMT+1
Luis María ANSON
Lo más grave del patinazo de Pedro Sánchez con Alexis Tsipras no es que le pidiera su intervención para ablandar a Pablo Iglesias. Lo más grave es que hiciera pública su intención antes de conversar con el primer ministro de Grecia. ¡Qué bisoñez política! Estas cosas no se hacen así.
De forma discreta y tal vez no directa, sino a través de intermediarios, Pedro Sánchez podría haber planteado a Tsipras su aspiración. Seguramente el griego habría dicho que no a la pretensión del español. Pero nadie se hubiera enterado, evitándose así el ridículo elevado al cubo que ha hecho el señor Sánchez.

El líder socialista, sin embargo, tras anticipar públicamente lo que iba a hacer, aprovechó una reunión internacional para pedir a Tsipras lo que en esas circunstancias el primer ministro no podía aceptar. Y ahí está el resultado. Sánchez ha recibido una bofetada en pleno rostro a la vista de todos. Pablo Iglesias se estará frotando las manos y, en la negociación con el PSOE para la investidura de Sánchez, se mostrará más exigente. Parece mentira que en el gran partido centenario que engrandeció Felipe González no haya habido nadie que le haya hecho recapacitar a Pedro Sánchez sobre lo que es imprescindible en las lides internacionales: discreción y prudencia.

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