sábado, 18 de junio de 2016

La Asamblea de Venezuela exige a 'Pablenin' que detalle su financiación

¿Sabes por qué Podemos no explica su asalto a la caja de caudales chavista?
El órgano parlamentario venezolano sospecha que se malversaron fondos para pagar cifras astronómicas a los fundadores del partido morado en España
Juan Velarde, 18 de junio de 2016 a las 10:29
 Los editoriales de la prensa de este 18 de junio de 2016 son inequívocamente claros con los podemitas
Ya no son los adversarios políticos, tampoco son los medios de comunicación.
Podemos ahora ya no tiene escapatoria en eso de evitar el tener que dar explicaciones sobre la supuesta financiación chavista porque es el propio parlamento venezolano quien le exige a la formación de Pablo Iglesias que muestre las cuentas...y se deje cuentos (¡Estos son los anticasta!: Iglesias y compañía se meten una caldereta de langosta de 160 euros por persona).
Los editoriales de la prensa de este 18 de junio de 2016 son inequívocamente claros con los podemitas.
No es tiempo de seguir mareando la perdiz, hay que poner ya las cartas sobre la mesa ([VÍDEO] Con esta mala leche mata la policía chavista al joven hambriento que protesta ).

Así las cosas, El Mundo afirma tajantemente que:
La regeneración democrática, la ética política y la máxima transparencia son algunos de los banderines de enganche con los que Podemos irrumpió en escena en 2014. En tan poco tiempo la formación ha logrado, no cabe duda, agitar la política española y está a punto de convertirse en la segunda fuerza parlamentaria, según las encuestas. Sin embargo, sus dirigentes parecen haberse olvidado con igual rapidez de promesas como la del rendimiento de cuentas a la ciudadanía o su compromiso de transparencia total.
Así se explica que ayer se limitaran a echar balones fuera para despachar un asunto tan grave como la apertura de una comisión de investigación en la Asamblea de Venezuela para auditar el destino de más de siete millones de euros que el Gobierno de Chávez destinó entre 2003 y 2011 a la fundación CEPS, vinculada a Podemos. Los parlamentarios venezolanos creen que hay muchos indicios de que esos fondos pagaron a personas y actividades que auspiciaron el nacimiento de Podemos. De ser así, no estaríamos probablemente ante un hecho que pueda considerarse ilegal, puesto que el partido todavía no existía como tal. Pero sí se trataría de un enorme escándalo, falto de toda ética, que demostraría de nuevo los estrechos lazos de la formación de Iglesias con el chavismo, y que ayudaría a comprender cómo se financiaron las estructuras embrionarias de las que surgió la plataforma que aspiraba a «asaltar los cielos» y hoy confía en llegar a La Moncloa.

Detalla que:
Provocan perplejidad las partidas millonarias que Caracas -con autorización directa de Chávez- destinó a investigadores de CEPS vinculados a Podemos, entre ellos Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero o Jorge Verstrynge, por cuestiones tan etéreas como labores de asesoría, apoyo técnico o formación. Emolumentos a todas luces desorbitados y fuera de mercado. Y con una intencionalidad partidista clara, puesto que el dinero también servía para «reforzar las afinidades políticas hacia el Gobierno bolivariano», algo que incluía, por ejemplo, entrevistas y participaciones en televisiones chavistas de los mencionados. De ahí que la Asamblea venezolana -hoy con mayoría opositora- hable de presunta malversación del régimen bolivariano, puesto que pagó sumas astronómicas a muchos actuales dirigentes de Podemos por el mero hecho de que eran afines ideológicamente y podían ofrecer en España una imagen favorable del chavismo, sin que los servicios prestados a cambio tuvieran importancia real. Como dice el presidente de la comisión de investigación hoy en nuestras páginas, «los consejos de Podemos son los más caros del planeta».

Subraya que:
De la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS), un laboratorio de ideología anticapitalista, ha surgido la mayoría de los cuadros dirigentes de Podemos. Muchos de ellos son profesores de Políticas y otras disciplinas que durante años -como se va sabiendo- percibieron mucho dinero por asesorar a distintos gobiernos de Venezuela, Cuba o Bolivia. Hasta ahora, el caso más escandaloso era el contrato de unos 425.000 euros que percibió Monedero por un informe sobre cómo acuñar una moneda común regional del que nadie oyó hablar jamás. Al margen de su bochornoso intento de sortear los impuestos en España, nunca quedó claro qué había detrás del contrato. La factura mostraba, incomprensiblemente, un único pago, de golpe, de 2013, a la empresa del propio Monedero, por unos trabajos que supuestamente se habían extendido entre 2010 y 2014.

Y sentencia:
Las sombras de sospecha sobre la posible financiación de Venezuela a Podemos no han dejado de crecer. Parlamentarios de este país denunciaron que Maduro siguió pagando a la fundación CEPS al menos hasta el año pasado. Lo investigado ahora corresponde a un periodo en el que la formación no existía. Y, además, hasta 2015 la financiación ilegal de los partidos no constituía delito. Por ello el Supremo siempre ha tumbado las querellas presentadas por este tema contra Podemos, ya que no es competente para entrar en el fondo del asunto. Y a eso se agarran Iglesias y los suyos. Pero, más allá del terreno de los tribunales, éste es un asunto que huele muy mal en el plano político. Podemos está obligado a dar todas las explicaciones. Y debe aclarar el destino de los más de siete millones de euros en tela de juicio. Mientras no lo haga, no podrá ni dar lecciones de transparencia ni quitarse el estigma de ser una formación ligada a un régimen tan vergonzoso como el chavista.
Por su parte, ABC se muestra pesimista porque considera que tal y como funciona la Justicia en Venezuela, mangoneada por los cuatro costados por Maduro, los avances que se puedan obtener serán más bien escasos:
Tal y como está funcionando la justicia en el régimen venezolano, no es de esperar que la investigación sobre la financiación irregular del movimiento populista Podemos tenga consecuencias más allá de la mera denuncia política. Nadie se acuerda ya de que, en 1993, los jueces de un sistema político que el chavismo ha destruido y denostado como tierra quemada destituyeron al presidente Carlos Andrés Pérez porque no justificó la entrega de 17 millones de dólares destinados a permitir que la recién elegida presidenta de Nicaragua, Violeta Chamorro, pudiera pagar al menos la factura de la luz, puesto que los sandinistas la habían dejado literalmente sin un céntimo.

No duda en señalar que:
Por supuesto que el chavismo ha financiado a Podemos, como este periódico ha documentado pertinentemente. Y a decenas de partidos y de gobiernos afines en todo el mundo. Los 17 millones de dólares que le costaron el cargo a Carlos Andrés Pérez son una cantidad ridícula, minúscula, irrelevante, comparados con los miles de millones de dinero de los venezolanos que Chávez y sus delirios han dilapidado en Cuba, en Bolivia o Nicaragua y, por supuesto, en España, tratando de difundir un proyecto político que está desembocando en hambre en uno de los países más ricos del mundo.

Y concluye:

La justicia bolivariana está podrida, pero la Asamblea Nacional hace bien tratando de esclarecer lo que pasó con el dinero público en los tiempos en los que Hugo Chávez usaba el presupuesto como si fuera de su propiedad para expandir por el mundo sus delirios. Y si Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero y Jorge Verstrynge creen que fue lícito recibirlo, no deberían tener problemas en reconocerlo y asumirlo. No importa la cantidad, lo que deben explicar es si siguen siendo leales a un proyecto que solo sirve para arruinar a los países.

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