martes, 4 de abril de 2017

40 años de la barbarie terrorista del Aeropuerto de Los Rodeos,

 Tenerife, con 583 muertos
Desde Argel, el cobarde líder separatista Antonio Cubillo, decía: "Estamos en guerra con España y estas son las consecuencias". No hubo condenas por falta de pruebas
Parte de los 65 pasajeros de PanAm que lograron salir del infernal Aeropuerto de Los Rodeos en marzo 1977 - ABCR.L.P. - @ABC_Canarias Las Palmas De Gran Canaria19/03/2017 12:43h - Actualizado: 19/03/2017 13:07h.Guardado en: España Canarias
Este marzo se cumplen 40 años de la masacre terrorista en el Aeropuerto de Los Rodeos, en Ternerife. El peor suceso en número de víctimas de la historia de la aviación con 583 muertos fue el 27 de marzo de 1977.

En los papeles desclasificados este 2017 por la CIA, se detalla mucha documentación sobre este asunto.
 En aquella época, Tenerife solamente tenía un aeropuerto. Desde Argelia, Cubillo, líder del grupo terrorista Mpaiac, decía: "Estamos en guerra con España y estas son las consecuencias". Así lo contaba ABC.

Fue un accidente en Tenerife que tuvo su origen en un atentando en el Aeropuerto de Gran Canaria.
 Los cobardes independentistas canarios que lideraba desde Antonio Cubillo desde Argel reinvidcaron los hechos de Gran Canaria, con siete heridos. No dieron la cara con el de Tenerife con 583 muertos. Los canarios mostraron entereza. Una sentencia del Tribunal Supremo de 2014 afirma que es legal llamar terrorista a Cubillo por estas 583 muertes.

Antonio Cubillo sostuvo entoces que "la policía ordenó la aeronave extranjera desviar los vuelos a Tenerife, que es un aeropuerto suicida". 
Antonio Cubillo llamaba "suicida" al aeropuerto de Los Rodeos por un accidente que cinco años antes originó la muerte de 155 personas en un vuelo chárter de Spantax.

Los terroristas del Mpaiac colocaron dos artefactos en el Aeropuerto de Gando.Con la cadena de hechos posteriores, generaron a las aseguradoras hasta 250 millones de euros en gastos. Cubillo necesitaba colapsar la economía canaria para someter a los isleños a una dictadura panarabista. Atacar al turismo era su vía rápida a fin de generar un estado de percepción de fragilidad a la España de 1977.

El gobernador civil de Tenerife en aquella época, Antonio Oyarzabal, defiende que en el aeropuerto tinerfeño se estaba operando con total normalidad, subrayaba la entereza de los canarios y apuntaba al cruel Antonio Cubillo como autor de la masacre por el cierre del Aeropuerto de Gran Canaria. Las amenazas a la seguridad de las islas provocó el triste suceso con 583 fallecidos.

Ese mismo día, antes que en Tenerife, en Gran Canaria hubo intento de masacre. Un comando de Cubillo hirió a siete personas y obligó a cerrar sus instalaciones. Por eso los aparatos de KLM y Pan Am fueron desviados a Tenerife. No hubo condenas por falta de pruebas.

En medio del colapso aéreo que sufrió Los Rodeos por la llegada de vuelos desviados desde Las Palmas, los aparatos KLM y Pan Am chocaron con resultado de 583 muertos. En el aeropuerto del norte de Tenerife, su única pista no era suficiente para dar cobertura al tránsito de aviones que pretendían, con limitaciones de combustible, llegar a Gran Canaria.
Desde Argel, Cubillo llamó para reivindicar el atentado de Gando y alertar de un segudo explosivo. Cuando años después se le preguntó por este asunto, decía: 

"La responsabilidad era de una facción no controlada" por su organización.
"Explotó de la parte posterior", sostiene Lynda Daniel, entonces una estudiante con 20 años de edad, de la universidad de Los Ángeles que viajaba con sus padres y cinco de sus amigos. "Estábamos sentados al lado de la salida de emergencia y voló. La gente empezó a trepar por encima de mí, vimos llamas, por lo que decidimos salir". Lynda Daniel sufrió contusiones leves en la cabeza y las piernas. Junto a su madre, fueron los únicos que salieron con vida de un grupo de ocho viajeros que venían desde Los Ángeles tras hacer escala en Nueva York. Murieron por el fuego.

En febrero de este 2017 ha fallecido uno de los pocos testigos con conocimientos técnicos en navegación aérea que quedaban vivos. Robert Bragg, copiloto de Pan Am sobrevivió al accidente de aviación más letal de la historia. Los 249 pasajeros o de la tripulación de vuelo KLM murieron. Entre los 378 pasajeros y 16 tripulantes en el vuelo de Pan Am, 65 personas sobrevivieron.

Bragg, hace unos meses, recordaba que "vino niebla y la visibilidad era casi cero". El vuelo de la Pan Am había recibido permiso para ir al punto de pista de despegue. En ese momento, el piloto de Pan Am dijo que había recibido permiso para operar hasta llegar a un cruce donde se produjo el choque con Boeing de KLM. El aparato de KLM no tenía capacidad para ver el avión de Pan Am por la niebla y no se detuvo a sus 241 kilómetros por hora.

Bragg sostenía en la comisión de investigación técnica que "empecé a gritar para salir de la pista y el capitán comenzó a girar el avión. Miré a mi ventana en el lado derecho, y lo vi despegar de la pista. Entonces cerré los ojos, me agaché y básicamente hice una breve oración con la esperanza de que no nos alcanzara", ralató el ex copiloto en vida.

"Fue un golpe muy corto. Sin ruido fuerte. Pensé, gracias a Dios, que no nos golpeó. Miré hacia arriba a los mandos y fue entonces cuando me di cuenta de que el techo del avión ya no estaba. Salté al suelo, que había más de 12 metros de altura y di gracias a Dios por haber caído en la hierba".

Antes de ser conducido a un centro médico, pudo ver alrededor de 50 personas que ya habían salido y estaban en el ala izquierda del avión. "Empecé a gritar a saltar desde allí y una pobre mujer saltó primero y luego todo lo demás saltó sobre ella, rompiendo su espalda, los dos piernas y los dos brazos de la señora".

Pero el avión de Pan Am todavía tenía combustible. Después de unos cinco minutos, el tanque central de combustible explotó y las llamas alcanzó una altura de más de 76 metros. Aunque el origen fue el cierre del Aeropuerto de Gando por atentado terrorista y el estallido de un artefacto con siete heridos, Bragg decía que "desde el primer día que yo creía que era la culpa del capitán del KLM por ignorar todos los procedimientos de cabina cuando decidió iniciar el despegue".


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