sábado, 1 de julio de 2017

¿Lee Pablo Iglesias?

El líder de Podemos no ha sido capaz de hilar dos conceptos que son, ahora, indisociables: Europa y democracia
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, durante su intervención en la IV Cumbre Político-Empresarial de la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad (PMcM). CÉSAR CABRERA / EFE
La pregunta no pretende ser ofensiva. Al fin y al cabo, tres de cada diez españoles no leen nunca un libro, según las encuestas que maneja el Ministerio de Cultura, que no creo que estén manipuladas ni por la institución de gobierno ni por los encuestados. O sea, que los españoles que no leen no solo son muchos sino que, además, no tienen vergüenza de confesárselo a un encuestador.
Imaginemos que se puede conseguir una posverdad con ese hecho, de modo que algún partido político pensara en sumar a sus votantes a una parte importante de semejante colectivo: lograría sin dificultad hacerse con la mayoría política en España.
Pues ese parece ser el nuevo objetivo de Pablo Iglesias, y lo construye con el gran mérito de partir de una base electoral con un alto nivel educativo. La gente del 15-M era, en gran medida, lo más ilustrado de España, además de lo más joven entre las clientelas políticas. Hasta ahora, Pablo Iglesias ha tenido mucha habilidad en tratar a esa base social, la ha pastoreado desde el radicalismo asambleario hasta hacerla participar en un partido que tiene todas las trazas de acabar en un modelo leninista, sin excluir el uso más trapacero de la aparente libertad de expresión (Irene Montero designada tertuliana por el dedo del partido).
Solo Lenin y sus discípulos más aventajados habían sido capaces hasta ahora de imponer la razón de partido sobre la razón política, como está haciendo Pablo Iglesias. Su ambigüedad en relación con la situación en Francia, en un seguidismo repugnante con el luego rectificado mensaje de Mélenchon en torno a Marine Le Pen y al “extremista” Macron, ha sido escandalosa.
Pocas veces los diarios españoles han sido tan unánimes en su diagnóstico sobre la posibilidad (remota parece ser, por suerte) de victoria de Marine Le Pen. Y pocas veces hemos podido leer artículos de grandes firmas que compartían la necesidad de batir a la extrema derecha para construir Europa y para defender la libertad.
Da la impresión de que a Iglesias le da lo mismo lo que pasa en Europa, porque no ha sido capaz de hilar dos conceptos que son, ahora, indisociables: Europa y democracia.
Por eso siento la perplejidad de ver actuar al líder de Podemos como si fuera uno de los muchos españoles que no leen, no solo libros, sino tampoco los periódicos, que son, según también las encuestas de Cultura, la fuente más fiable de información y opinión.
Es urgente que Pablo Iglesias lea periódicos. Controla muchos votos y podría controlar muchos más.


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