sábado, 14 de octubre de 2017

La tensión política también daña la salud mental de los catalanes


La tensión política también daña la salud mental de los catalanes

Las cargas del 1-O o la incertidumbre económica aumentan el estrés y las sensaciones de angustia y ansiedad

Miles de ciudadanos siguieron en la calle la comparecencia de Carles Puigdemont.
Miles de ciudadanos siguieron en la calle la comparecencia de Carles Puigdemont. ULY MARTÍN
La tensión social y política que se ha apoderado de Cataluña en las últimas semanas —desde las cargas policiales del 1 de octubre hasta la inestabilidad económica que refleja la fuga de empresas— está pasando factura a la salud mental de algunos catalanes. Los médicos reconocen que ya hay “evidencias” contrastadas en las consultas a los servicios sanitarios. Se ha registrado un aumento de trastornos de estrés agudo o sensaciones de angustia y ansiedad que, si no se tratan, pueden derivar en una patología de salud mental.
Más allá del debate político sobre la situación que vive Cataluña, fuentes del Departamento de Salud reconocen que los acontecimientos de las últimas semanas están afectando al estado de salud mental de muchos ciudadanos. “La gente ha vivido dos impactos de alta conflictividad social, los atentados de La Rambla y el 1 de octubre, que alteran la percepción de seguridad de comunidad que tenemos. La proximidad en el tiempo de estos dos eventos refuerza la sensación de angustia”, explican estas fuentes.
Todavía es temprano, dicen los expertos, para disponer de datos objetivos sobre un potencial incremento del consumo de psicofármacos o un repunte de las visitas a consultas de salud mental. Apenas han pasado un par de semanas. Sin embargo, agregan, la sospecha de que existe una situación de riesgo para la salud mental de los catalanes ya se ha hecho patente. “Hay una especie de trastorno adaptativo colectivo, que se caracteriza por un rendimiento cognitivo peor, insomnio, más irritabilidad…”, apunta el doctor Enric Álvarez, responsable del servicio de psiquiatría del hospital Sant Pau de Barcelona. “Estas situaciones tienen repercusiones emocionales sobre la población general. Yo lo he visto en mi consulta. En algún momento, todo el mundo habla de esto, aunque no sea el tema de la visita, de la angustia, de cómo les afecta”, añade Josep Maria Panés, del Colegio de Psicólogos de Cataluña.
A partir de las cargas policiales, que se televisaron casi en directo, el Consorcio Sanitario de Barcelona activó un plan para incidentes con múltiples víctimas, una alerta para todos los servicios sanitarios. “Se detectaron visitas de personas con un trastorno mental previo, con depresión y ansiedad previa, que se descompensaron. Y a nivel subagudo, entre la gente que no tiene una patología diagnosticada, percibimos en las visitas más preocupación y ansiedad, pero esto es un sentimiento normal, no quiere decir que estés enfermo”, apunta el doctor Josep Antoni Ramos Quiroga, jefe del servicio de psiquiatría del hospital Vall d’Hebron de Barcelona.

El factor emocional

Con todo, fuentes de Salud concretan que, pese a que el sentimiento de angustia es “normal, puede llegar a patologizarse”. Ponen un par de ejemplos: por un lado, pacientes que fueron atendidos por estrés agudo y tienen que volver a ser atendidos porque las imágenes de las cargas policiales les evoca lo vivido y altera su recuperación; por otra parte, añaden, en algunas zonas rurales donde también se produjeron incidentes con los cuerpos de seguridad, los responsables sanitarios “han empezado a captar un aumento de la angustia y la incertidumbre”.
“Son emociones que al profesional deben situarle en alerta, porque pueden desembocar en trastornos de estrés agudo o estrés postraumático, que son expresiones patológicas de una angustia mal controlada después de vivir una situación crítica que se caracteriza por la pérdida de tu seguridad personal o la de tus allegados”, señalan estas fuentes. Nerviosismo, taquicardia, insomnio o conductas irritativas son los síntomas comunes del estrés agudo, del que, “si se maneja correctamente”, uno puede recuperarse en cuatro o seis semanas. El trastorno de estrés postraumático, en cambio, puede tener una aparición más tardía respecto del momento que lo hizo brotar, pero su período de recuperación es mucho más largo y el síntoma más típico son las llamadas intrusiones (cuando vuelven a la mente de forma incontrolada recuerdos e imágenes de ese acontecimiento que te causa malestar).
Los médicos insisten en que, en general, las personas que sufren estas situaciones de ansiedad o angustia creciente “no son enfermos”, pero han de buscar estrategias para gestionar esas emociones de forma correcta. “La inmensa mayoría de la población tiene estrategias sociales, grupales e individuales para disminuir los síntomas, pero hay un porcentaje pequeño que es más sensible o que ya tiene alguna patología de base, que necesitará terapia y fármacos, pero esto no ocurrirá de forma generalizada”, apostilla el doctor Víctor Pérez, jefe de la unidad de psiquiatría del hospital del Mar.
Para abordar estos casos, el Departamento de Salud ha desplegado varias consignas para concienciar a la población: “Hay que normalizar estas emociones, aprender a gestionarlas porque nos pueden desbordar y, en caso de que nos desborden, hay que saber dónde pedir ayuda”, explican fuentes de Salud. Dejar de ver las imágenes de las cargas en televisión, distraerse, hacer actividades o reírse son las mejores medicinas, aseguran los médicos. Además, desde la Generalitat han activado un programa de formación para sanitarios para identificar con rapidez las situaciones de estrés y reforzar los consejos asistenciales y mantener a punto la red de salud mental para facilitar las derivaciones que sean necesarias.

“VÍCTIMAS OCULTAS”

Los médicos esperan que el goteo de personas que presenten situaciones de estrés o ansiedad continúe a lo largo de las próximas semanas. De hecho, agregan fuentes del Departamento de Salud, todavía ahora se están detectando casos vinculados a los atentados de La Rambla —ocurridos el 17 de agosto— que brotan ahora. “Son las víctimas ocultas, que presencian estas situaciones y que, en el momento, elaboran una respuesta para gestionar la ansiedad pero luego, al recordarlas, puede volver a aparecer. En las próximas semanas, es de esperar que en los lugares donde hubo cargas, por ejemplo, aparezcan más casos con estos síntomas”, explican fuentes de Salud.

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