lunes, 11 de diciembre de 2017

30 años del atentado del cuartel de Zaragoza: «Pusimos la bomba aunque sabíamos que podían morir mujeres y niños»


  • Los bomberos rescataron de los escombros decenas de heridos

J.M.Zuloaga
  • @JMZuloaga
Tiempo de lectura 5 min.
Hace 5 horas
Comentada2
Henri Parot, del «comando Argala» de ETA, integrado por súbditos franceses, en el colmo del cinismo y por miedo, ya que estaba prestando declaración ante guardias civiles, dijo que había colocado el coche bomba en un lateral de la Comandancia de la Benemérita en Zaragoza (hoy se cumplen 30 años del brutal atentado que costó la vida a 11 personas, seis de ellas niños y adolescentes) porque pensaba que en esa zona dormían los guardias solteros, ya que la ropa estaba tendida en otra zona. Aun así, admitió que «podían morir familiares».
La justificación de la masacre era, según dijo el etarra francés, la reciente detención de Santiago Arróspide Sarasola, «Santi Potros», o para forzar al Gobierno a negociar con la banda; o las dos cosas.
Parot explicó a la Guardia Civil que cuando cometió otro atentado en Zaragoza, en este caso contra un autobús militar, vio una serie de coches de la Guardia Civil que estaban aparcados en la Avenida de Cataluña (se trataba de comprobar una información que les habían dado en Francia). Consideraron que «era factible llevar una acción por lo que se lo comunicaron a Paco (Francisco Múgica Garmendia, uno de los integrantes del colectivo «Artapalo», desarticulado por la Guardia Civil en marzo de 1992, en una operación dirigida por el entonces teniente coronel Enrique Rodríguez Galindo)».
Pasado algún tiempo, este cabecilla «nos ordena llevar a cabo la acción contra el acuartelamiento (...) nos trasladamos a Zaragoza para adquirir los datos suficientes sobre su vigilancia, lugar donde dejar el coche bomba y buscar los itinerarios de retirada. Esta misión la realizamos en un solo día».
De regreso a Francia, se reunió todo el «comando» con «Paco» y deciden colocar el coche bomba, «aunque sabíamos que podíamos causar víctimas civiles». Múgica, un terrorista sanguinario donde los haya, dijo que ya se había advertido a la Guardia Civil de que si sus familiares vivían con ellos también eran objetivos, por lo que debían estar fuera de los cuarteles.
Los etarras franceses utilizaban sus coches particulares, con matrícula gala, para llegar a las ciudades donde iban a atentar con el fin de no tener problemas en controles. En la zona industrial de Zaragoza recogieron el Renault 18 con el que iban a cometer la acción criminal y un Peugeot 205 para la huida. «Paco nos dio las llaves, como siempre etiquetadas con la matrícula, modelo y color». También les entregó un croquis de unos zulos, cerca del Ebro, donde, en varios bidones, estaban escondidos 50 kilos de amonal.
«Para montar la carga utilizamos tres botellas de acero del tipo de las usadas para nitrógeno que estaban seccionadas, para lo cual en cada una de ellas metimos cordón detonante, amonal, y reforzadores, conectando las tres mediante cordón detonante. Una la pusimos en el maletero y dos en la zona de los asientos traseros».
«El sistema de iniciación era mediante detonadores pirotécnicos, utilizando en este caso tres con sus respectivos trozos de mecha lenta que van a parar al encendedor que es del tipo como el utilizado en las granadas de mano; es decir, que lleva una anilla que al tirar de ella hace caer una cucharilla accionándose un percutor que pica un fulminante que es el que enciende las mechas lentas. El utilizar tres mechas lentas esta motivado para conseguir que en el caso de que falle alguna la otra inicie la carga explosiva».
Parot aportó la siguiente información: «La orientación de los tubos con la boca abierta hacia el objetivo junto con el cordón detonante y los reforzadores que están en sus bases provoca que la explosión sea dirigida como si se tratase de auténticos cañones».
Explicó que las botellas de acero estaban ocultas entre el ramaje en la misma zona de los zulos y en el croquis que les dio «Paco» se incluían fotos Polaroid, «para que no tuviéramos ningún problema de localización».
«La hora elegida para colocar el coche-bomba era pasado un tiempo después de que los obreros hubieran salido de sus casas hacia las fábricas y antes de que empezaran a salir los guardia civiles». Los querían a todos dentro, incluidos mujeres y niños.
«Cuando terminamos de preparar todo el artefacto explosivo Txistor (Frederic Haramboure) se fue hacia Barcelona en tren para evitar que después de la acción pudiera ser controlado, debido a que tenía una cicatriz bastante importante en la cara del atentado sufrido por los GAL en el sur de Francia y pudiera ser identificarlo algún testigo que lo hubiera visto en el desarrollo de la acción».
«En espera de que llegara la hora de la comisión de la acción, primero colocamos los vehículos particulares en los puntos por donde íbamos a realizar la retirada definitiva hacia Francia y nos quedamos por la zona de los zulos intentando dormir».
«Llegada la hora de la acción, yo conduje el R-18 acompañado por Jacques (Jacques Esnal) y seguidos por Jon (Jean Parot, hermano de Henri) en el 205 blanco hasta las inmediaciones del cuartel que es cuando Jon se adelanta y aparca el coche para que yo y Jacques supiéramos exactamente dónde nos estaba esperando. Una vez aparcado el 205, yo y Jacques entramos con el R-18 por el callejón y lo dejamos en el punto previsto, accionando la carga Jacques saliendo inmediatamente corriendo, ya que el tiempo previsto para la explosión era de un minuto y quince segundos».
«Posteriormente huimos en el 205 y me dejaron en las proximidades, donde tenía aparcado mi vehículo particular R-ll, introduciendo el armamento de todo el comando en el zulo que tenía en coche y me dirigí por la autopista dirección Barcelona. A Jacques lo dejó Jon también en las proximidades del Ford Escort (particular) y continúa con el 205 para abandonarlo lejos de esa zona y posteriormente coge un tren. Jacques recogió a Txistor en Barcelona y regresan por la misma autopista y el mismo día a Francia. Yo Llegué por la autopista hasta pasado Lérida, donde cambié las placas falsas por las auténticas y regresé a Francia».

No hay comentarios: